ESTAR VIVO ES SER ÚNICO

 

Imaginemos a los "SUPERIORES", seres con capacidades con las que solo podemos soñar. Los Superiores son gigantes y se mueven por el espacio interestelar como si nada.

Imaginemos que los Superiores nos descubrieran, a nosotros los humanos. No debería  ser sorpresa que los Superiores nos vieran como seres instintivos y casi idénticos entre sí, como seres que comprenden el mundo desde una especie de simple yo compartido.

Los Superiores no se plantearían preguntas éticas al utilizarnos en las

formas más útiles para ellos ... como conejillos de indias, para comida, ropa, entretenimiento, etc.

Pero, aquí en nuestro pequeño planeta Tierra sabemos que cada ser humano interactúa con el mundo que lo rodea desde un “Yo” personal y diferente. Un día soleado o uno lluvioso es una experiencia única para cada uno de nosotros. 

La ciencia explica que, como todos los animales, los humanos son el resultado de un desarrollo desde formas elementales de vida. Entonces no es ilógico concluir que el sentido de "yo" en un flujo de de conciencia ya existía en aquellos organismos elementales a partir de los cuales se desarrolló gradualmente - y no apareció de pronto o por casualidad en los seres humanos. Así, cada entidad viviente siente su propia forma de "yo".

Estar vivo es ser único.

Sin esta individualidad de estar vivo, no habría necesidad ni impulso para sobrevivir y reproducirse.

Nosotros, los humanos, tendemos a comportarnos como los Superiores.  

 

Rubén Palma